Crisis sanitaria, incertidumbre económica y bancos centrales

  • 30 marzo 2020

La actual crisis sanitaria del Covid-19 está generando una combinación de shocks de oferta y de demanda en las economías mundiales. A su vez, esta situación también puede generar una tercera fuente de perturbación con el sistema financiero como epicentro, debido a los problemas de liquidez que potencialmente puedan surgir. Indudablemente, toda esta combinación de factores provoca una mayor incertidumbre económica sobre el futuro. 

En estas semanas estamos siendo testigos de numerosas declaraciones por parte de los principales organismos mundiales de regulación, desde la Reserva federal de EE. UU hasta el Banco Central Europeo, sobre las consecuencias microeconómicas y macroeconómicas que la crisis sanitaria puede originar. Sin embargo, estas declaraciones o previsiones están sujetas a un elevadísimo grado de incertidumbre. Tanto es así que en el último informe trimestral del Banco de España se define explícitamente la imposibilidad de realizar estimaciones económicas con un mínimo de rigor científico

La literatura económica reciente ha asociado la dificultad de realizar previsiones con un mayor grado de incertidumbre sobre el futuro, y no con el hecho de si la economía se ha vuelto más o menos volátil (ver aquí). Esta distinción es importante. Por ejemplo, el IBEX-35 puede fluctuar drásticamente en el tiempo sin que la incertidumbre asociada a la economía española (o mundial) haya cambiado. Estas variaciones bruscas en el índice bursátil han podido deberse, entre otros motivos, a cambios en la aversión al riesgo de los agentes económicos.

Esta particular definición de incertidumbre económica presenta un elemento común en prácticamente todas las economías analizadas: los periodos en la historia económica asociados con una mayor incertidumbre son escasos, pero, cuando suceden, representan perturbaciones de grandes dimensiones. La situación actual en la que nos encontramos puede significar muy probablemente el mayor episodio de incertidumbre contabilizado hasta la fecha con datos posteriores a la segunda Guerra Mundial. Por consiguiente, los distintos gobiernos nacionales están llevado a cabo medidas de política económica extraordinarias para tratar de mitigar la elevada incertidumbre futura causada por el Covid-19.

En esta crisis los Bancos Centrales también ejercen un papel importantísimo en la mitigación de los efectos negativos que se van a ir produciendo. La literatura científica ha analizado cómo reaccionan los Bancos Centrales a los distintos shocks que se generan en las economías. En concreto, la forma de actuar de las autoridades monetarias es diferente si nos encontramos en época de baja o alta incertidumbre. La conclusión principal es que los bancos centrales utilizan sus instrumentos de política monetaria (convencionales y no-convencionales) mucho más activamente cuando la situación económica es más incierta. 

Los anuncios de estos días en términos de política monetaria del Banco Central Europeo, como ya comentamos aquí y aquí, van en la dirección de lo mencionado anteriormente. Ante el escenario probable de que la actual crisis sanitaria está representando el mayor evento de incertidumbre futura de los últimos setenta años, el BCE está sacando toda su artillería para reducir los efectos devastadores que el Covid-19 y la incertidumbre económica generada en consecuencia puedan ocasionar en la Unión Europea.

Observatorio de la Realidad Financiera