¿Afecta la prohibición de reparto de dividendos del BCE a las entidades financieras?

  • 16 diciembre 2020
  • Engañoso
dividendos

El pasado mes de marzo, ante el estallido de la COVID19, el Banco Central Europeo  “recomendaba” a los bancos no pagar dividendos ni realizar recompras de acciones -otra forma para retribuir a sus accionistas- en los años financieros 2019 y 2020 hasta, al menos, el 1 de octubre. Finalmente, en julio el regulado europeo alargó su recomendación para lo que restaba de año. Esta semana, la Junta de Supervisión del organismo estudia si mantener para el 2021 la misma recomendación de no retribuir a sus accionistas.

¿Qué es el dividendo y de qué depende su reparto?

El dividendo es la parte del beneficio generado por la empresa en un periodo de tiempo, normalmente en un ejercicio fiscal, que se reparte entre los accionistas. Es la principal fuente de rentabilidad de los accionistas y constituye el derecho económico por excelencia de sus titulares.

Los dividendos pueden ser pagados de diferentes formas, pero normalmente hay dos categorías: en efectivo o en acciones. En el caso de la retribución en efectivo, normalmente se paga una cantidad -por ejemplo 0,10€- por cada acción que el accionista tenga en posesión. En el caso que la retribución sea en acciones, la empresa emite nuevas acciones por cada acción que sus accionistas tengan en posesión. Por ejemplo, la empresa decide emitir 0.01 nuevas acciones por cada una ya existente, lo que significa que el accionista recibirá 1 acción por cada 100 acciones que le pertenecen. Normalmente, el segundo caso se produce cuando la empresa no tiene caja suficiente para poder retribuir a los titulares.

El importe del dividendo se aprueba en la Junta General de accionistas, a propuesta del Órgano de Administración. Dentro de si se decide repartir o no dividendos, primero la empresa ha tenido que generar un beneficio como hemos explicado anteriormente y por otro lado si se decide reinvertir dicho beneficio en la empresa o retribuir al accionista. Por ello, en momentos en los cuales la empresa tiene muchas oportunidades de inversión, lo normal es que decida disminuir el reparto de dividendos.

Pero, ¿por qué el Banco Central Europeo recomendó a los bancos no retribuir a sus accionistas?

La razón es sencilla: ante la situación de contracción de la economía, desde el punto de vista del BCE convenía que los bancos acumularan capital para disponer de fondos destinados al crédito y para que, en caso de una eventual escalada de la morosidad, esta pudiera ser asumida. Es decir, el regulador busca garantizar con esta medida que los bancos estén preparados con caja suficiente para poder hacer frente a una escalada de impagos por parte de sus clientes.

Cuando la recomendación del BCE entró en vigor, varias entidades ya habían anunciado su dividendo ordinario o incluso distribuido el correspondiente a 2019. En el caso de la banca española, entre los seis grandes bancos españoles recibieron unos 4.000 millones, frente a los más de 7.000 millones previstos. Esto impactó directamente en la cotización de las entidades bancarias, ya tocadas por las restricciones de la actividad derivadas de la declaración del Estado de Alarma.

¿La política de dividendos impacta entonces en el valor de las acciones?

Existe un amplio debate a este respecto que ha suscitado numerosos trabajos científicos. Sus conclusiones discrepan claramente por lo que no hay un consenso en la literatura a este respecto. Sin embargo, existe un acuerdo generalizado sobre el hecho de que, en un mercado de capitales perfecto, la política de dividendos no incide sobre el valor de las acciones.

Cuando una empresa paga un dividendo se produce una salida de dinero que va para los accionistas. Hay un día -denominado ex dividendo- en el que cae la cotización por un importe que coincide con el dividendo repartido por dicha salida, ya que la empresa valdrá menos si se ha producido un desembolso de efectivo. Para el accionista no hay una variación en su patrimonio, ya que la caída de la cotización es compensada por la entrada del efectivo vía dividendo que ha recibido.

En conclusión, la recomendación del BCE en cuanto al no reparto de dividendos no debería afectar al valor de cotización de los bancos de acuerdo con el supuesto del mercado de capitales perfecto. Sin embargo, como hemos sostenido anteriormente, existen muchas teorías y discrepancias sobre la política de dividendos óptima, y dependerá más del perfil del accionista que de una cuestión técnica del mercado.

 

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