La innovación es un elemento fundamental en el crecimiento económico a largo plazo de un país. La innovación en diferentes sectores estratégicos es responsable de los cambios estructurales en los indicadores reales de la actividad económica. En la literatura económica se ha demostrado que países con mayor inversión en innovación son los que generan mayores tasas de crecimiento del PIB futuro.
En las últimas décadas, estos estudios hacían referencia mayoritariamente a innovación tangible en la industria o en capital humano a través del sistema educativo. Sin embargo, con la entrada de las nuevas tecnologías, las posibilidades de innovación se expanden a otros sectores que, tal vez debido a la naturaleza inicial de su negocio, podían ser percibidos como poco innovadores. Este el caso del sector bancario.
En la encuesta adjunta se puede observar que el 86% de los usuarios encuestados considera que su banco es innovador. A pesar de que esta cifra supone una disminución con respecto al semestre anterior, representa a su vez un porcentaje bastante elevado de percepción innovadora.
Esta innovación en el sector bancario se ha generado en los últimos años debido al desarrollo de nuevas plataformas digitales. Estas suponen tanto la mejora en la prestación de servicios bancarios como un ahorro de tiempo a los usuarios al realizar gestiones de manera online. Por ejemplo, la compañía española de pagos bancarios instantáneos entre particulares y de compras en comercios, Bizum, es un ejemplo claro de innovación bancaria; o las apps desde donde se puede acceder a multitud de servicios bancarios online que se han mostrado fundamentales durante esta pandemia de COVID-19.
La innovación bancaria está sujeta a la regulación vigente (algo que no sucede con las fintech). Este hecho está motivado por el mantenimiento de la estabilidad financiera y probablemente también por la protección de la identidad de los datos bancarios de la población. No obstante, una regulación más proactiva (siendo compatible con la estabilidad financiera) podría contribuir a un aumento de la eficiencia y del crecimiento potencial del sector bancario en particular, y de la economía en general.
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