¿Está en riesgo el libre comercio?

  • 26 septiembre 2022
  • Verdadero

El debate sobre los costes y beneficios del libre comercio se remonta a los siglos XVI y XVII, aunque tuvo su punto de inflexión en el siglo XVIII, cuando Adam Smith defendió, en su libro La Riqueza de las Naciones, el libre comercio en detrimento del pensamiento mercantilista. Según la tesis de Smith, el libre comercio proporcionaría un aumento del tamaño de los mercados y permitiría a los países ser más eficientes mediante la especialización en determinados productos o servicios. Esto es lo que se conoce como ventaja absoluta de los países

Frente a este concepto, otro economista, David Ricardo, considerado el gran referente económico cuando hablamos de libre comercio, defendió la “ventaja comparativa”: la capacidad de un país para producir un bien utilizando relativamente menos recursos que otro.

En este contexto, se produjo la revolución de los transportes, que derivó en cierta integración del mercado global. Además, el pensamiento económico evolucionó a la par con la aportación de Heckscher y Ohlin, que evidenciaron cómo los países exportaban aquello en lo que tenían abundancia. El inicio de las guerras mundiales impactaron en el comercio internacional, aunque a partir de 1945, se estableció un orden económico caracterizado por la apertura del comercio. Después de 1985, comienza la conocida como globalización, que culminará con la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995, cuyo impacto en la liberalización de los mercados fue notable, como se observa en el gráfico 1. Se puede observar cómo ha incrementado el número de países miembros de la OMC, así como participantes en acuerdos comerciales, y ello ha tenido un considerable efecto sobre los aranceles aplicados, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo.

Gráfico 1: Número de países miembros y aranceles aplicados (1948-2016)

Fuente: Financial Times

Todos estos esfuerzos realizados, ciertos acontecimientos recientes como la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la pandemia de la COVID-19 o la guerra de Ucrania ponen en riesgo la estabilidad del libre comercio.

Así, con la elección de Trump como presidente de los Estados Unidos comenzó una guerra comercial con China entre los años 2017 y 2019, que tuvo importantes consecuencias sobre los precios de importación de productos y, por lo tanto, sobre la competitividad y el crecimiento económico. Esta escalada de aranceles se frenó tras el estallido de la pandemia de COVID-19. 

A partir de este momento, fue la escasez la que puso en jaque la integración del mercado global. Primero, con el suministro de mascarillas, con algunos países abogando por prácticas totalmente en contra de las deseados por el libre comercio. Tras la crisis sanitaria, fue la escasez de componentes la que impactó al comercio. 

Más recientemente, la guerra de Ucrania también ha repercutido sobre el libre comercio. Ucrania no ha podido exportar sus principales materias primas, mientras que Rusia ha interrumpido el suministro de gas a los países europeos. Además, el conflicto ha intensificado las tensiones entre Estados Unidos y China en Taiwán y, con ello, la división de la economía mundial de nuevo en dos bloques. Estos hechos reducirán el nivel de apertura y de reducción de aranceles de las últimas décadas.

Actualmente, existen largas cadenas de producción, donde los países se han especializado en aquello en lo que son más eficientes. La realidad es que el impacto de acontecimientos como la guerra de Ucrania sobre el comercio internacional es considerable y tiene consecuencias devastadoras sobre el acceso a productos, la estabilidad, el crecimiento económico y el bienestar social.

 

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