¿Gastamos en sanidad, educación y prestaciones sociales lo mismo que nuestros socios europeos?

  • 27 octubre 2022
  • Falso
Clase

En primer lugar, cabe destacar que tanto en España como en la media de la EU-15 y EU-28, las funciones que conllevan el 90% del gasto del estado de bienestar son: (1) protección social, (2) servicios de las Administraciones públicas, (3) salud, (4) asuntos económicos y (5) educación. Sin embargo, resulta interesante analizar cómo varían las asignaciones de gasto en estas categorías si nos comparamos con nuestros socios europeos. En el siguiente análisis, nos centraremos en sanidad, educación y prestaciones sociales y pondremos el foco en la comparativa con el resto de los países europeos.

  • Sanidad

La sanidad es uno de los pilares básicos del estado de bienestar, pues tiene especial importancia como garantía de unas condiciones de vida adecuadas a la población, además de reducir los niveles de desigualdad y ayudar a conseguir el pleno empleo. Con este fin, los países europeos han empleado numerosos instrumentos, como la prestación de servicios sociales o las reformas fiscales y del mercado de trabajo, buscando conseguir un equilibro óptimo para este servicio.

No obstante, a la hora de compararnos con otros países, cabe recordar que existen tres grandes categorías de sistemas sanitarios: los de aseguramiento fundamentalmente privado, de aseguramiento social y universalista. Parece lógico que la asignación para esta partida de gasto deberá ser mayor o menor en función del tipo de sistema sanitario.

En este sentido, el Gráfico 1 muestra la evolución del gasto en el sistema sanitario español y europeo en el período comprendido entre 1999 y 2020. Es interesante analizar el punto de inflexión que supuso la crisis de 2008 sobre el gasto en sanidad, lo que ha impactado negativamente en 2020 sobre nuestra capacidad para combatir la pandemia. Además, el gasto en sanidad español no solo se sitúa considerablemente lejos de la media de la EU-15 sino que también está por debajo de la Europa de los Veintiocho. Son datos realmente llamativos si, además, tenemos en cuenta que el sistema sanitario español es universalista. 

Gráfico 1: Evolución del gasto en sanidad (1999-2019)

Fuente: Banco de España

De este modo, en 2019, el gasto en España como porcentaje del PIB se situaba en el 6%. Si tomamos estos datos en términos de gasto por habitante, en España el gasto durante ese año fue de 1.615 euros por persona, mientras que la media de la EU-15 se sitúo en 2.658 euros y la de la UE-28 en 2.075 euros.

  • Educación 

Como en el caso de la sanidad, la educación tiene una gran relevancia dentro del sistema de bienestar, pues reduce las desigualdades sociales y forma un capital humano que será parte de la capacidad productiva de nuestro país. 

Sin embargo, el gasto en educación en España es significativamente inferior al de nuestros socios europeos (ver Gráfico 2). De esta manera, la inversión en educación como porcentaje del PIB se situó en 2019 en un 4%, mientras que el resto de Europa estaba en torno al 5%. Por otra parte, España invirtió menos en la educación universitaria en comparación con la media europea, pero superó la media europea en educación infantil y primaria.

Gráfico 2: Evolución del gasto en educación como porcentaje del PIB (1999-2019)

Fuente: Banco de España

  • Prestaciones sociales

Con relación a la evolución del gasto público en prestaciones sociales, España se sitúa por encima de la media EU-28 y muy cerca de la media EU-15 (véase Gráfico 3). La realidad es que este gasto está muy influenciado por el gasto en pensiones, ya que en 2019 ha supuesto más de dos tercios del gasto en prestaciones sociales y cerca del 30% del gasto total de las Administraciones públicas.

Así, la principal partida de gasto en cuanto a prestaciones sociales son las pensiones contributivas, ocupando casi un 60% del gasto, seguidas muy de lejos por las prestaciones sociales en especie, desempleo, incapacidad temporal y prestaciones no contributivas (véase Gráfico 3). Es evidente que las pensiones no son sostenibles en nuestro país y que debilitan otras partes del estado de bienestar, como la educación. Los ingresos son limitados y la asignación del gasto está tomando cada vez más relevancia.

Gráfico 3: Evolución del gasto en prestaciones sociales como porcentaje del PIB (1999-2019) y composición del gasto público

Fuente: Banco de España

Si analizamos estos dos gráficos en conjunto con la evolución demográfica esperada para nuestro país (Gráfico 4), nos daremos cuenta de que es inviable el sistema actual de pensiones contributivas. De este modo, mientras la población en edad de trabajar se mantiene estable o decrece ligeramente, la población total aumenta significativamente, por lo que el porcentaje de personas en edad de trabajar sobre la población total decrece vertiginosamente. En otras palabras, la población jubilada aumentará significativamente mientras que las personas en activo no lo harán, provocando un impacto devastador sobre la ratio jubilado-persona en activo.

Gráfico 4: Previsiones demográficas para España (1990-2050)

Fuente: Banco de España

Conclusiones

En comparación con nuestros socios europeos, España presenta una menor inversión en sanidad y educación, mientras que ciertas partidas de gasto dentro de las prestaciones sociales, especialmente las pensiones contributivas, se encuentran muy por encima de lo analizado en el resto de Europa.

Un mayor gasto en pensiones impide una mayor inversión en otras prestaciones como educación o sanidad. De este modo, estos pilares no solo tienen relevancia sobre el crecimiento económico sino también sobre la reducción de la desigualdad.

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