¿La tasa turística puede hacer caer el turismo en nuestro país?

  • 21 febrero 2022
  • Falso

Sector turístico 

En los inicios de 2020, existían previsiones de los principales indicadores del sector turístico de volver a batir tasas históricas. Sin embargo, la llegada de la COVID-19 provocó un importante cambio en la tendencia de los últimos años. De hecho, fueron aquellos países más exitosos en cuanto a movilidad turística los que sufrieron la primera ola con mayor gravedad y prontitud. Es el caso de destinos como España, Italia, Reino Unido o Francia. Incluso dentro de estos países, aquellas zonas con mayor movilidad o con presencia de aeropuertos fueron las que más incidencia registraron.

A partir de ahí y, de manera intuitiva, el sector turístico ha sufrido grandes restricciones en toda su cadena de valor. La importancia del sector para nuestra economía puede analizarse a través de los datos del World Economic Forum, que ha reconocido a España, durante tres años consecutivos, como el país más competitivo del mundo en turismo. La organización, además, considera que somos el segundo país del mundo que más visitantes internacionales recibe -sólo por detrás de Francia, y por delante de China y Estados Unidos- y que España es el segundo país del mundo por ingresos derivados del turismo, sólo por detrás de EEUU, y por delante de Francia. 

Sin embargo, algunas comunidades autónomas han decidido implantar la tasa turística y existe cierta controversia sobre si la imposición del impuesto podría provocar una acentuación de la caída del sector turístico.

¿Qué es la tasa turística?

El impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos grava la singular capacidad económica de las personas físicas, que se pone de manifiesto con la estancia en los establecimientos sujetos al impuesto. Por lo tanto, es un impuesto que el visitante tiene que pagar cuando visita una localidad determinada, se suele cobrar en el alojamiento y el importe dependerá de la calidad del alojamiento.

Actualmente existen tres comunidades autónomas que aplican este impuesto: Cataluña, Islas Baleares y Comunidad Valenciana. Esta última se ha unido recientemente a su implementación, tras la aprobación de diciembre.

Además, los ingresos provenientes de esta tasa se destinarán a la dotación de un fondo que fomentará e impulsará la creación y mejora de infraestructuras y actividades turísticas. Por lo tanto, la idea es que la recaudación revierta en el propio sector.

Por otro lado, estarán exentas ciertas circunstancias. Por ejemplo, de acuerdo con la disposición publicada por la Generalitat, la tasa turística no se aplicará en determinados supuestos, como las estancias por motivos de fuerza mayor, las  subvencionadas o las realizadas por personas menores de 16 años.

Lo cierto es que esta idea está bastante extendida en Europa. Más de la mitad de los países europeos cuenta con dicho impuesto, con el fin de promover la industria turística, pero también para hacer frente a la recesión y reducir el déficit. Entre los países que aplican este impuesto, destacan Italia, Alemania, Francia, Bélgica o Portugal. Además, por lo general, aplican tipos impositivos mayores.

¿Dará lugar a una reducción del turismo en nuestro país?

En Cataluña, el importe a pagar oscila entre los 45 céntimos y los 2,25 euros por persona y día, en función del tipo de alojamiento. La cantidad es poco significativa, por lo que no parece que vaya a tener un alto impacto a la hora de tomar la decisión entre ir a esta región u otra. De la misma manera, en Baleares varía entre 1 y 4 euros y en la Comunidad Valenciana entre 50 céntimos y 2 euros. Estas cantidades no merman significativamente la competitividad.

Por lo tanto, se trata de un canon poco significativo del cual no existe ningún informe riguroso que consigne efectos catastróficos para el sector. Sin embargo, si la reversión del impuesto en el sector se gestiona correctamente podrá dar lugar a cierto beneficio para la comunidad. De hecho, el alcalde de Valencia ya ha reclamado en repetidas ocasiones la implantación de este impuesto debido a que la tasa turística no la pagarán los residentes en esta comunidad, sino los que disfrutan de la ciudad, beneficiándose también de los servicios ofrecidos.

Sin embargo, la tasa turística tendrá cierto impacto sobre las arcas públicas. Además, después de la presión que ha supuesto la crisis de la COVID-19 sobre la recaudación de impuestos en regiones como la Comunidad Valenciana, estos ingresos pueden aliviar dicha presión y evitar subir otro tipo de impuestos que sí pagarían los residentes en la zona.

Por último, con la deuda pública en máximos históricos del último siglo y un déficit público del 4% del PIB, superior a los niveles prepandémicos, la tasa turística aliviará subir otros impuestos que permitan mejorar la situación actual.

 

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