¿Han subido los tipos de interés para combatir la inflación?

  • 9 agosto 2022
  • Verdadero

La crisis económica derivada de la COVID-19, junto con las recientes presiones inflacionistas consecuencia de la rápida recuperación de la demanda tras el final de las restricciones, los “cuellos de botella” en las cadenas de producción, la carestía de materias primas y la invasión rusa de Ucrania, han llevado a la zona euro a mostrar cifras de inflación elevadas y muy lejos del objetivo europeo del 2% a medio plazo. Aunque a raíz de la pandemia la Unión Europea permitiera a los países miembros situarse en rangos de inflación fuera del objetivo fijado (debido al riesgo de fragmentación financiera y las tendencias deflacionistas), los elevados niveles actuales ponen el foco en este indicador económico. 

En el caso de España, el Índice de Precios al Consumo (IPC) adelantado que ha publicado el INE para el mes de julio es del 10,8%, la cifra más alta registrada desde el año 1985. Además, el dato de inflación subyacente –la que excluye la energía y los alimentos no elaborados– es también preocupante, pues se sitúa en el 6,1%, el nivel más elevado desde 1993.

Los riesgos de esta situación macroeconómica, caracterizada por presiones alcistas, elevan la probabilidad de que se produzcan efectos indirectos y de segunda ronda. De este modo, el aumento de los costes energéticos y materias primas comienza a trasladarse a los precios del resto de bienes y servicios. Si, además, se produjese una revisión de los salarios conforme a la inflación, estaríamos inmersos en una espiral inflacionista. Por otro lado, la guerra de Ucrania está poniendo de relieve una presión aún mayor sobre el suministro de energías y materias primas, y la magnitud de sus efectos resulta todavía muy incierta.

En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado una normalización de los tipos de interés oficiales con la entrada en vigor de nuevas medidas a partir del 27 de julio de 2022 con la intención de combatir las tensiones inflacionistas, mediante una retirada progresiva de un estímulo monetario extraordinario. 

De esta manera, el BCE trata de revertir la situación de tipos de interés negativos mediante la subida de los tres tipos de interés oficiales en 50 puntos básicos. Así, el tipo de interés de las operaciones de financiación aumentará hasta el 0,5%; el tipo de interés de la facilidad marginal de crédito lo hará hasta el 0,75%; y, por último, el de la facilidad de depósito se quedará en el 0%. La normalización de tipos ayudará a cumplir el objetivo de mantener la inflación de la eurozona en el 2% a medio plazo.

Esta no es una medida aislada, ya que se pretende complementar con diferentes herramientas ya existentes, como el Programa de Compras de Activos (APP) y el Programa de Compras de Emergencia frente a la Pandemia (PEPP). De este modo, el BCE pretende continuar reinvirtiendo íntegramente el principal de los valores adquiridos, con el fin de mantener condiciones favorables de liquidez y una orientación de política monetaria contracíclica para ayudar a los países a paliar los efectos de la crisis. Ambos programas han tenido un rol fundamental a la hora de mantener unas condiciones financieras propicias durante la crisis y minimizar el impacto sobre familias, empresas y sector público en todos los países de la eurozona.

Por otra parte, el Consejo de Gobierno del BCE también ha anunciado la creación del Instrumento de Transmisión de Protección (TPI). El TPI será un complemento de las herramientas ya existentes y puede activarse para contrarrestar dinámicas de mercado desordenadas e injustificadas que representan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en toda la zona euro. 

La subida de tipos de interés de julio no será la única, como ya ha avisado el BCE, aunque su revisión se hará de manera gradual en las reuniones que mantendrá su Consejo de Gobierno de manera periódica. El objetivo es adaptarse a las condiciones cambiantes y proporcionar la flexibilidad y el apoyo necesarios en el entorno actual. 

Si la decisión está justificada desde la perspectiva de la política monetaria, el modelo IS-LM sustenta la decisión de aumentar los tipos de interés como medio para luchar contra la inflación (ver gráfico 1). De esta manera, la reducción de la oferta de dinero (money supply – MS) provocará un movimiento hacia la izquierda en el modelo LM. Así, los tipos de interés aumentan desde i1 a i2 mientras que la producción decrece desde Y1 hasta Y2.

La lógica de la implementación de este tipo de políticas monetarias para combatir la inflación se encuentra en que darán lugar a un descenso de la producción, debido a los mayores costes de producción. Ello, a su vez, provocará un decrecimiento de la presión sobre los precios. Además, las expectativas de individuos y empresas se verán modificadas gracias a la política monetaria. De este modo, tenderán a mostrar cierta reticencia a gastar ante las nuevas expectativas y esto frenará la subida continuada de precios.

Es importante mencionar que la política fiscal debe acompañar a la política monetaria. En este sentido, la política fiscal debe ser no expansiva, porque de lo contrario estaría incrementando la inflación y no servirían de nada las políticas monetarias mencionadas anteriormente.

 

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