En medio de las protestas de los agricultores por el futuro del campo y de la España vaciada, este primer informe del ORFIN bucea en cómo la Política Agraria Común (PAC) se va a ver resentida por el Brexit y por la merma que la salida de Reino Unido deja en el presupuesto comunitario. Hoy la PAC supone casi un tercio del gasto de los fondos de la Unión Europea. España es el tercer país que más ayudas de ese tipo recibe. Sin embargo, el sector agrícola en su conjunto (primario, industria agroalimentaria, comercialización y distribución) supone el 12% del empleo en España; un pilar tan importante como el turismo o la industria. De hecho, el sector agrícola español es uno de los de mayor productividad del mundo. Como se ve en el gráfico, está muy por encima de la media europea.
Para modernizar la producción agrícola, combatir la despoblación, encarar la transición a una agricultura más sostenible y garantizar la seguridad alimentaria -en este sentido, el coronavirus es ahora un riesgo tangible- se necesitan inversiones y financiación privadas. El crédito al sector agrícola no ha parado de crecer desde 2013 y es similar al de la construcción o la hostelería. La habilidad de los empresarios agrícolas para adaptarse a un entorno cambiante será clave, pero todos acabarán necesitando la ayuda del sector bancario para conseguirlo.