¿La subida de la luz tendrá efectos macroeconómicos significativos?

  • 7 octubre 2021
  • Verdadero
subida de la luz

Tras varios meses percibiendo estímulos por parte de los medios de comunicación alrededor de la subida de la luz y recibir las primeras facturas energéticas que, a pesar de la bajada del IVA, muestran incrementos considerables, la preocupación de la sociedad va en aumento. 

Sin embargo, queremos recalcar que (1) la crisis energética se trata de un problema global y, por lo tanto, no solo de España (Gráfico 1) y que, como explicaremos más adelante, (2) esta crisis será algo transitorio.

Gráfico 1: Precio de la electricidad para el consumidor final (primer semestre de 2021). Fuente: Eurostat (2021).

Así, el Gráfico 1 muestra el precio final de la electricidad en los diferentes países de Europa. Es cierto que España se sitúa por encima de la media europea, pero la solución se debe tomar de una manera conjunta y no abogar por sistemas de planificación que, como se puede observar en el caso de Italia, no parecen dar resultados.

Además, es importante recalcar que las empresas y hogares que más lo están notando en el día a día son aquellos que están en la tarifa del mercado regulado o PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor). De esta manera, aceptan voluntariamente que su tarifa esté indexada al mercado mayorista. Así, solo aquellos incluidos en esta tarifa estarán sujetos a las ya tan conocidas horas punta, valle y llanas. Por el contrario, aquellos acogidos al libre mercado tienen un precio prefijado con la empresa comercializadora.

Pero, ¿cómo se fija el precio en el mercado mayorista?

En primer lugar, es importante recordar que en la actualidad no existe ninguna tecnología lo suficientemente desarrollada que permita almacenar de forma eficiente la energía eléctrica, principal razón por la cual existe un mercado diario o pool. Así, las empresas generadoras de energía mandan una oferta para el día siguiente. Con esas ofertas se satisface la demanda del mercado a un precio de mercado (o precio marginal). El problema radica en que las diferentes tecnologías para producir electricidad tienen costes muy distintos y eso provoca una fuerte volatilidad en los precios.

Por otro lado, Red Eléctrica, la empresa encargada de velar por la seguridad del suministro de red, puede establecer el ingreso de centrales que no habían entrado en subasta con el fin de evitar cortes de luz (mercado de restricciones).

Así, el mercado mayorista está constituido por el conjunto del mercado diario y el mercado de restricciones. Sin embargo, la tarifa eléctrica está formada por el precio marginal, fijado en el mercado mayorista, más los impuestos y peajes. Los impuestos que se cargan en este sentido son el Impuesto sobre la Electricidad (reducido recientemente del 5,1127% al 0,5%) y el IVA (reducido recientemente al 10%). En cuanto a los peajes o tarifas de acceso eléctricos, se tratan de importes que varían según la potencia contratada y cuyo concepto es el uso de la red eléctrica y la distribución de la electricidad. 

Entonces, ¿a qué se debe la subida de la luz?

El gas es el principal causante del desequilibrio. Es cierto que la evolución de los precios spot de la electricidad, el CO2 y el petróleo son realmente desfavorables, pero la crisis actual se basa principalmente en el precio del gas, situado en casi 100€ el megavatio. Así, el gas está sufriendo subidas históricas provocadas por las fuerzas de la oferta y la demanda.

Por un lado, la demanda europea del gas ha aumentado considerablemente debido a los inviernos y veranos más extremos, que impulsan el uso de calefacción y aire acondicionado, al aumento exponencial del teletrabajo y a la subida de los precios de emisiones de C02. Por el otro, la oferta se ha visto reducida considerablemente debido a la caída de las exportaciones rusas por gasoducto, el incremento de la competencia mundial por el gas natural licuado y la decisión de Argelia de cortar el suministro a Marruecos por problemas diplomáticos.

En un libre mercado, si aumenta exponencialmente la demanda y decrece enormemente la oferta, tenemos como resultado el incremento de precios que hemos observado durante este período. Aunque los precios a plazos prevén que esto sea algo transitorio debido a que los precios spot se sitúan a casi el doble que los forward, las previsiones de un frío invierno provocan cierto temor en los consumidores.

¿Cuáles son las consecuencias de la subida de la luz en la macroeconomía?

Esta subida de la luz tiene efectos directos e indirectos sobre la economía, ya de por sí debilitada por la pandemia de la COVID-19. De esta manera, observamos el impacto principalmente sobre los individuos e industrias.

En cuanto a los individuos, el incremento de la factura eléctrica afecta directamente al ahorro y, por lo tanto, a la capacidad de consumo. De esta manera, las industrias recibirán el impacto indirecto de este menor consumo, así como el incremento exponencial de costes directos derivados del aumento del precio de la luz. Todo ello conllevará  la dificultad de las compañías de continuar operando y la posible pérdida de competitividad de los productos.

Aunque, como ya hemos comentado, esta situación no debería prolongarse en el tiempo debido a la contención de los precios forward, las expectativas de los bancos centrales podrían dar lugar a una inflación no transitoria.

¿Qué podemos hacer ante este problema?

Las posibles soluciones que planteamos giran en torno a una respuesta común desde la Unión Europea. De hecho, inducir a un sistema de planificación en España nos dejaría fuera del mercado del gas y alejados de precios eficientes. 

En Europa, la situación es complicada y se ve agravada por la decisión alemana con el gasoducto ruso Nordstream 2 y la presión al alza de Asia sobre el gas natural licuado (GNL). Así, la Unión Europea debe enfocar una de las soluciones revisando y completando el mercado mayorista europeo. De la misma manera, es importante que se lleve a cabo una transición energética teniendo en cuenta la importancia de la diversificación de energías. Por ejemplo, la falta de viento y sol puede ocurrir en diferentes horas del día y es importante mantener incentivos económicos a la explotación de otros recursos energéticos.

No obstante, a nivel nacional podemos hacer reformas para mejorar el sistema actual. Por ejemplo, debemos concienciar a la sociedad de que referenciar las tarifas a precios en los mercados de futuro implica mayor estabilidad y eliminaría la volatilidad diaria. Otra opción podría ser la creación de un fondo de compensación de precios. Actualmente, falta revisar cómo abordar los temas de la subasta de electricidad, el precio trasladado al minorista y la volatilidad. Además, la incertidumbre del decreto sobre los PPA (Power Purchase Agreements en la terminología anglosajona) y contratos a plazo ponen en riesgo la nueva inversión y, a corto plazo, meten presión sobre el pool.

A modo de conclusión, debemos mencionar que la crisis energética actual es un problema global que debemos abordar de manera conjunta desde la Unión Europea. Se debe a factores de oferta y demanda, pero se espera que sea algo transitorio y que estos factores se reequilibren. Así, el consenso tanto de mercado como de bancos centrales anticipan un fenómeno transitorio, pero ya llevamos casi seis meses y cada mes es peor de lo esperado. Además, al shock energético se unen otros shocks de oferta: transporte de mercancías marítimo, microchips, cadenas de suministros ropa, etc. Todo ello aumenta el riesgo de que haya efectos permanentes, por lo que habrá que prestar especial atención a los efectos macroeconómicos, en una economía debilitada y endeudada a raíz de la COVID-19.

 

Esperamos que esta información te haya resultado útil. Si quieres leer nuestros fact checks anteriores haz click aquí. Será un placer contar contigo como seguidor y que nos ayudes a difundir nuestras aportaciones cuando consideres que ayudan a mejorar el debate económico en @ORFIN_es y en info@orfin.es.