En 2008, el mundo vivió la peor crisis económica desde la Gran Depresión y la causa fue la crisis financiera global y sistémica. Esa crisis fue una cura de humildad para los economistas y quedó en evidencia nuestro escaso conocimiento del fenómeno financiero. El estudio de las causas y las medidas de política económica para prevenir crisis similares en el futuro concentra buena parte de la investigación académica de los economistas en la última década y esta Cátedra nace con vocación de aportar algo de luz.
España fue uno de los países más afectados por la crisis global y nuestra tasa de paro más que se triplicó. La causa fue la burbuja inmobiliaria que llevó a concentrar mucho capital y empleo en el sector de construcción de viviendas. El sector bancario acumuló más del 30% del PIB en activos difíciles de recuperar y la crisis bancaria fue muy intensa. Por esta razón, es comprensible la contestación social generada por la crisis.
La preocupación con la que nace el Observatorio de la Realidad Financiera (ORFIN) es que la sociedad española sigue debatiendo sobre el pasado y las causas de la crisis, mientras el mundo gira a toda velocidad en la era de la tecnología global.
La tecnología permite más competencia y los márgenes de intermediación bancaria se han reducido. A eso hay que añadir que el Banco Central Europeo cobra 0,5% en su facilidad de depósito a los bancos y mantiene el sistema excedido de liquidez, provocando que los tipos en el mercado interbancario también sean negativos. En este entorno, la banca aburrida, como la denominó el Premio Nobel de economía Paul Krugman, es poco rentable en Europa y en España.
Esto explica que los bancos europeos hayan tenido que bajar casi al 0% la remuneración de los depósitos, principal instrumento de ahorro de los españoles desde hace siglos. Aun así, los márgenes bancarios siguen siendo muy reducidos por los bajos tipos de interés que pagan las hipotecas y los préstamos. Por eso continúa la concentración en el sector, la reducción de sucursales y personal y la aplicación de más y mayores comisiones a clientes para mantener las cuentas de resultados en positivo. Y, sin embargo, la opinión pública sigue teniendo la idea que la banca es un negocio muy rentable que da beneficios millonarios.
En este contexto, el ORFIN es necesario como herramienta para el análisis de las tendencias tecnológicas globales en el sector financiero y cómo puede afectar al crédito de las empresas y las familias; la dinámica de los tipos de interés mundiales y de la política monetaria; la protección del consumidor en los nuevos productos financieros distribuidos por el sistema bancario o los nuevos competidores; las finanzas verdes para las inversiones necesarias para luchar contra el cambio climático; la exclusión financiera de familias con baja renta y del mundo rural. Todos estos temas centrarán los esfuerzos de la Cátedra. Trabajamos con rigor para hacer más comprensible la realidad financiera de España.
José Carlos Díez
Director del ORFIN